A Felipe Zayas lo había leído, Darle a la Lengua estaba en mi lista de RSS (desde que tengo RSS) y era además una de esas personas a las que más de un buen amigo me había dicho en más de un café: “tienes que conocer a Felipe”… y yo estaba segura, me apetecía conocerle… pero no coincidíamos…
Un buen día, en Granada, en un autobús rumbo a una cena de congreso, un señor amable se sentó a mi lado y entablamos conversación… muy interesante, muy agradable… esa gente fantástica que conocemos en los congresos… Tras un rato hablando con aquel amable señor, ambos entendimos que estaría bien presentarnos, así que empecé yo y dije:
“Pues mucho gusto, yo soy Linda, Linda Castañeda”…
y el me dijo algo como: “¿No defendiste tu la tesis en streaming?, pues yo estuve en tu defensa de tesis”…
¡dios mio! alguien que no conozco vió la defensa… ostras mal… ahí ya los colores en mis mejillas se encendían (lo del streaming está bien hasta que te das cuenta que alguien te vió y te mueres de verguenza)…
pero es que seguidamente me dijo “yo me llamo Felipe Zayas”…
entonces fue peor: ¡dios mio! sí le conozco, le leo, me gusta lo que leo de él… teníamos que conocernos… ¡pero caramba, no así! 🙂 intenté disculparme por todo lo que perpetro en Intenet (incluida mi defensa de tesis jeje), pero en eso llegamos al sitio de la cena y lo demás es historia… historia de una conversación…
Afortunadamente, para mi, historia de varias conversaciones, en varios sitios… aunque menos de las que me gustaría… sigo leyendolo, ahora parece que se ha jubilado (aunque solo lo parece), es uno de esos profesores que miran su profesión con calma y perspectiva, pero sin dolor ni tedio… al contrario. Y más, es un profesor que lo es siempre, y aprende y enseña mucho de lo que aprende. Es un profesor de lengua al que le interesa el lenguaje, la palabra, la conversación y la educación.
Y hoy cumple años. ¡Así que muchas, muchas muchas felicidades Felipe! porque yo también quiero sumarme a todas esas felicitaciones que van por ahí y no quieren otra cosa que llenarte de contento en un dia como este.
Ojalá conversemos otra vez. Muchas veces más.