El pasado mes de febrero, el Dr. Neil Selwyn y yo hemos publicado una convocatoria especial para un número especial en The International Journal of Educational Technology in Higher Education. En ella decíamos algo como:
«La tecnología digital ha sido promovida como un elemento crucial para la mejora de la educación contemporánea y como uno de los desafíos clave para enfrentar la Educación Superior en todo el mundo.
Las universidades están ahora inundadas de sistemas y dispositivos digitales, con la promesa de mejorar el desempeño de los estudiantes y educadores al mejorar el aprendizaje, aumentar las tasas de inscripción, retención y terminación. Cada vez más personas participan en la educación superior por esos cauces digitales.
En paralelo, la tecnología educativa es ahora una industria multimillonaria, que involucra a corporaciones tecnológicas globales en la provisión y práctica educativa local. La necesidad de formular preguntas críticas sobre la relación entre educación superior y tecnología es más urgente que nunca «.
No es una cuestión de estar a favor o en contra de la tecnología. Soy una persona tecnológica, me encanta la tecnología, soy profesora de Tecnología Educativa y soy investigadora en Tecnología Educativa. Personalmente, creo en la importancia de la tecnología para entender mejor el mundo, para vivir mejor. Me encanta el tiempo que vivo, me encantan los desafíos y este es uno de los tiempos más desafiantes de la historia.
Sin embargo, como » amante de la nueva tecnología de hace ya algún tiempo», ya he pasado el tiempo de deslumbramiento de la tecnología, y puedo ver (o mejor, suponer) que la forma instrumental en la que hemos entendido la tecnología hasta ahora, es definitivamente insuficiente, y más cuando nos referimos a la educación.
Desde lo que yo veo, creo que el uso instrumental de la tecnología está más o menos «resuelto» en nuestros tiempos … Las herramientas de la Web 2.0 son «fáciles de usar» y llevar a la educación, a nuestras clases (se cuelan incluso en nuestros bolsillos), a las manos de profes y de estudiantes. Sin embargo, no estoy suficientemente segura de que la forma en que nosotros -y otros- las estamos utilizando e incluyendo en nuestros sistemas educativos, esté suficientemente reflexionada por todos … y menos desde una perspectiva verdaderamente crítica.
Esta es una de las razones para dirigir este número especial (“serie temática” como se llama en esta revista). Por eso decíamos el Prof. Selwyn y yo:
«En este contexto, esta serie temática analiza el impacto de la tecnología digital en la educación superior a través de una lente deliberadamente crítica. Estamos interesados en ir más allá de las nociones de tecnología como una cuestión instrumental que se implementa de forma neutral y, en su lugar, queremos desarrollar análisis más matizados mediante la problematización de las afirmaciones y suposiciones que rodean a la educación superior en una era digital.
La erudición crítica reciente de la tecnología ha abarcado muchos temas de estudio e investigación. Estos incluyen la comprensión de nuevas alfabetizaciones y competencias personales bajo la visión de los medios de comunicación y la educación artística, la filosofía de la educación, la educación comunitaria, la pedagogía crítica y la educación activista. También hay críticas crecientes de la tecnología dentro de las literaturas de estudios feministas y de género, estudios de políticas y un interés emergente en las realidades críticas, socio-materiales y post-humanistas «.
Esta es una invitación personal para ti, para vosotros. Para todos los que estáis explorando de manera crítica cómo la tecnología está impactando en la Educación Superior. Una invitación a enseñarnos vuestra investigación. A preparar y enviarnos artículos que puedan contribuir a este empeño, que esperamos sea un punto para seguir discutiendo y pensando críticamente.
La fecha límite es el 1 de agosto, en toda la información está aquí
Http://educationaltechnologyjournal.springeropen.com/criticaledtech
¡Espero leeros allí!