El 13 de febrero de 2011, en medio de una polémica francamente interesante, a mi modo de ver, tanto por su forma que por su fondo, se celebraron en España (en Madrid, para más señas) la gala de entrega de los premios de la academia española de cinematografía, los premios Goya.
Alex de la Iglesia, director de cine, presidía por última vez la gala como presidente de la misma y era el objeto de todas las miradas, en parte por la que se estaba liando fuera, y en parte por su anuncio de renuncia a su puesto publicado días anteriores.
Así, en dicha gala, De la Iglesia hizo un discurso a mi gusto tremendamente acertado, no tanto porque “aprovechase” el momento para X o Y, sino porque llenó su discurso de un montón de verdades, que por obvias creo que dejan en muy mal lugar a los destinatarios de las mismas (aquí podéis leer su discurso al completo).
Lo bueno, o malo, es que mientras “la gente de Internet” le oíamos (por streaming, todo hay que decirlo) en el twitter se empezó a hablar de que las verdades de ese discurso no sólo ponían el dedo en el ojo de “la gente del cine” (no estoy muy segura de que me guste la denominación), sino que, con mínimas variaciones, si lo aplicamos a “la gente de la escuela” también nos metería el dedo en el ojo y que no nos vendría mal. De aquellas reflexiones, estos experimentos.
Pues bien, al día siguiente (y con una idea de mi colega Isabel Gutiérrez (@isabelgp), decidí hacer un ejercicio en clase. Pedir a mis alumnos que, durante la hora teórica de la asignatura cogieran el discurso de De la Iglesia, hicieran una adaptación del discurso para que quien no se hubiese dado por aludido en el mundo de la educación lo hiciese, y pudiera servirnos para reflexionar un poco sobre nuestro papel en estos tiempos.
Una vez hecha la adaptación, ese mismo día (a poder ser en la misma clase) deberían realizar la grabación de un trozo del discurso ya adaptado (con el móvil claro, ninguno llevaba cámara ni estaba avisado), subirlo a la Web y mandarme la URL de donde fuese que lo subieran. Una vez tuve todas las URL, yo, con mi inexistente arte cinematográfico (inexistente arte en general :-P), una canción con licencia creative comons encontrada en Jamendo (Electric Rain by Fortadelis) y el JayCut, los he pegado malamente (malamente por mi incapacidad).
Así, tenemos tres adaptaciones finales: la de Magisterio de Educación Musical (en Español)
La de Magisterio de Lengua Extranjera Francés (en francés)
La de Magisterio de Lengua Extranjera Inglés (en inglés)
Evidentemente lo más importante NO es lo que veis en estos videos (ni el plano, ni la luz, ni mucho menos el sonido, ni la inutilidad de la editora -que soy yo y que es mucha-), lo importante es la reflexión que llevó detrás, lo que aprendimos haciéndolo, de nuestro papel en el mundo de hoy como educadores, de las posibilidades que se abren en clase con un móvil, una idea, ganas y algo para aprender.
Me hubiese encantado compartirlo con vosotros (lectores o transeúntes de este blog) esa misma semana, pero ha habido algunos problemas logísticos. Sin embargo, y especialmente para mis estudiantes de #ntaem1011 #ntaex1011, lo prometido es deuda, y aunque se pague tarde, ha de pagarse siempre 🙂
Gracias a mis estudiantes (#ntaex1011 #ntaem1011)por prestarse a estas cosas, por hacerlo, por sus derechos de imágen (que ceden para esta actividad :-), y por hacerlo sin nada más a cambio que la oportunidad de aprender algo juntos.
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Addenda
Y cuando ya habáimos subido el post y dada por «terminada» la experiencia y era ya de noche, como de costumbre en el increíble twitter, pasó todo esto…
Y se desató la locura entre todos los que pasamos por allí 🙂
Gracias @Paco229 por llamar la atención sobre nuestro trabajo, gracias a Alex de la Iglesia (@alexdelaiglesia)por su discurso y sus tuits sobre este particular que significan mucho para todos nosotros… «combacado» quedas, como dije, aunque sea a un asiático 😉
Como diría un buen amigo, si después de esto no somos conscientes del poder de las redes y no nos animamos a usarlas, creo que nunca lo haremos.
Impresionante. Otra cosica hecha.
Buenas noches 🙂
La verdad es que tus alumnas deben estar sorprendidas por las cosas tan raras que haces y les haces hacer. En lugar de explicarles algún manual de la A a la Z (todos los días un cachito) e «impartir la materia» como Dios manda, vas y las haces pensar. En las encuestas de satisfacción del alumnado universitario nunca he visto un ítem que preguntase: «¿Te ha hecho pensar esta asignatura?» 😀
Enhorabuena y, por si no se han dado cuenta y leen este comentario, tus alumn@s tiene suerte.
Felicidades a todas por el trabajo, he llegado a través de twitter y me ha molao mucho.
Aunque tus estudiantes tengan nombres que parecen asteroides, puedes felicitarlas por las adaptaciones y por la reflexión que suscitan.