Proyecto de Cátedra «Declaración de intenciones y descargo»

Hoy, 10 de diciembre de 2024,  me he presentado, con éxito ;-D, a una plaza de Catedrática de Universidad en mi área de conocimiento –Didáctica y Organización Escolar-en la Facultad de Educación de la Universidad de Murcia.

Cuando hice mi trabajo para la oposición de Titular, compartía con vosotros algo del proceso de cómo –lo tenéis en este post de 12 de septiembre de 2018–, hoy no le veo mucho sentido a esa aproximación (no puedo aportar mucho más especialmente por la variedad de aproximaciones que hay en las universidades españolas). Sin embargo, sí me gustaría compartir una reflexión sobre cómo he llevado a cabo la preparación del examen o qué significado para mí el documento que he presentado como “proyecto de investigación” –que es el que me exige la regulación de mi universidad–, y para ello voy a compartir con vosotros una sección de ese documento (que tendréis por aquí trasquilado por si os sirve de alguna manera) a la que he llamado:

Declaración de intenciones y descargo

Este trabajo (recordad que se refiere al Proyecto de Cáetdra que presenté al tribunal)  pretende ser un reflejo académico de lo que significa para mi aspirar a una cátedra universitaria en Tecnología Educativa. Aun así, o tal vez por eso mismo, no pretendo hacer un posicionamiento teórico ni epistémico definitivo. Este trabajo no pretende ser “mi legado” ni hacer una declaración de lo que pretendo que sea mi investigación para siempre, de aquí en adelante, precisamente porque la misión de una académica, al menos desde mi punto de vista, debe ser revisada, repensada y reconducida permanentemente.

Se trata de una propuesta integrada con proyectos de investigación a corto o medio plazo, que seguramente evolucionará pronto y que espero que me siga llevando a evolucionar en mi forma de entender los problemas que me rodean y la realidad educativa de una forma amplia.

En este caso pretendo hacer una aproximación utilitarista (sin que ello implique que considere que toda la investigación deba tener una utilidad evidente) pero también exploratoria y crítica; y, aunque lo que presento es de facto una apuesta cortoplacista, creo que debe reflejar no solo mi actualidad temática y reflexiva, sino mi forma de entender cómo se hace investigación en Tecnología Educativa y las guías que conducen las preguntas que me hago a diario para hacer Tecnología Educativa.

Así, entiendo que esta propuesta debe responder a una serie de características fundamentales que le exigen:

  • Abordar un tema sustantivo, que afecta o alude a cuestiones básicos fundamentales del impacto de la tecnología en la educación. En el que el impacto en la educación debe ser lo prioritario.
  • Ser coherente, lo cual significa buscar e intentar desarrollar y dar espacio a los caminos que se han ido abriendo gracias a la propia historia investigadora.
  • Atreverse a ser innovadora, es decir que busque en sitios diversos, cosas diferentes. Eso implica hasta cierto punto la tecnología más avanzada, y la consciencia de los problemas más avanzados. También implica explorar, a veces incluso sin saber si hay algo al otro lado.
  • Ser epistémicamente comprometida, con la generación de estructuras teóricas, metodológicas y educativas que den cuerpo a los caminos nuevos que hayamos de trazar en educación. El objetivo es encender luces por zonas que otros puedan andar y, si puede ser, que se conviertan en “suelo”. Eso significa tener un ojo en todo lo nuevo que se haga, pero sin correr a la punta de ninguna moda, y asegurándome de que por el camino que tracemos, nos siga alguien…
  • Comprometerse socialmente con el desarrollo del contexto, en este caso con el desarrollo de mi institución, mi aula; pero también con otras instituciones como la mía, y por supuesto con la educación pública y con lo que ello significa.
  • Ser osada, es decir, que debe ser rigurosa, pero también estar dispuesta a encontrar, probar y aprender, e incluso a fracasar, o a encontrar caminos que no pueden ser recorridos.
  • Interdisciplinar, entendiendo que la educación no la hacemos solo los pedagogos, dando su lugar en la investigación a los profesionales que educan y a aquellos que modelan el presente tecnológico, pero manteniendo clara la idea de que la educación de personas (sujetos en comunidad) es la prioridad en esa perspectiva múltiple.
  • Ser contada. Ser transferida. Hacerse utilizable por todas aquellas personas que se puedan ver interpeladas por ella, no solo por las otras personas que investigan. Para ello debe ser abierta, franca y tengo que hacer un esfuerzo por difundirla.

Soy consciente de que hay muchos temas que no se abordan en este texto pero que están ahí siempre, como telón de fondo y como horizonte al que aspirar. Por nombrar algunos, empezaría diciendo que la redefinición de mi campo de conocimiento –la Tecnología Educativa– que abordé en mi proyecto de Titularidad y que después trabajé a fondo con los profesores Salinas y Adell (Castañeda et al. 2020), sigue siendo un factor crucial que debe mantenerse fresco en cualquier análisis de este tipo de trabajos. La formación del profesorado que, si bien se nombrará en los futuros no inmediatos de la última parte de este documento, es un horizonte irrenunciable y de una importancia extraordinaria, pero que no podemos abordar en esta propuesta. Existe también un espacio amplísimo de trabajo que tiene que ver con la generación de conocimiento por parte de los estudiantes –sí, referido a la CDDU– que no abordamos en este trabajo y que debería abordarse.

Además, hay multitud de condicionamientos organizativos, sociales, políticos y económicos que condicionan y limitan –o pretenden limitar– mi investigación, pero que no dependen de mí. Ahora bien, soy consciente de esos condicionamientos desde hace ya muchos años y he tenido la suerte de poder hacer investigación que influye en mi contexto próximo y no tan próximo, así que espero seguir lidiando con esos condicionantes como hasta ahora, e influir todo lo que pueda para que cambien para mejor.”

Como veis, es una declaración de intenciones que esperaba que me representase. Porque si algo creo que hacía falta en un día como hoy –cuando la acreditación de la ANECA ya dice que has saltado más,  más lejos, más gordo, más alto–, era una declaración de quién soy y qué creo que hace que haya llegado hasta aquí y de lo que haré en adelante. No es muy diferente de lo que he sido, pero parte del encanto supongo que radica en eso, en lo que estoy dispuesta a seguir siendo.

Última página del proyecto de Cátedra de Linda Castañeda

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