Creo que es empezaré por las críticas. Básicamente se trata de críticas a ideas subyacentes a algunos discursos o discusiones que vi, oí, presencié o mantuve con diversas personas. De antemano debo decir que agradezco a aquellos que me las han suscitado porque confío en el poder de la discusión como revulsivo de las ideas:
Empecemos por una pequeñita: por favor, hagamos algo con la forma en la que presentamos nuestros trabajos de investigación. Creo que empieza a ser inexcusable la asistencia de TODOS los que nos dedicamos a la divulgación científica o técnica a un curso (taller, encentro, seminario, máster… lo que queráis) sobre cómo hacer presentaciones orales eficaces, cómo usar las presentaciones visuales y cómo hablar en público (en este congreso teníamos un taller especializado)… el nivel ha mejorado, pero seguimos viendo pantallas llenas de texto, escritas con letras invisibles, leídas por sus autores que se pasan horas e irrespetan los tiempos. Además de que, sigo pensando –como en 2008- que el formato de mesas de comunicaciones con tan poco debate, podría ser más eficiente… o mejor, que hay formatos más eficientes para las comunicaciones -y ¿por qué no? para las ponencias plenarias- de un congreso.
Coincido con Jesús Salinas en su crítica a la demonización de la enseñanza como principio, al maniqueísmo –irresponsable desde mi perspectiva- en que hemos caído al hablar de aprendizaje formal e informal. Hablamos –se habla mucho- de aprendizaje no formal e informal… lo cual me parece estupendo, relevante, retador, vital para la supervivencia en un mundo permanente de cambios. Sin embargo, creo que obviar la importancia del la enseñanza formal y del proceso enseñanza-aprendizaje en el caso del conocimiento experto es una arbitrariedad fruto posiblemente de una moda que no se sostiene a la luz de ninguna vela… a ver, el conocimiento experto sigue existiendo… y sigue siendo relevante. Enunciar, como han hecho algunos cerca en algún foro de Bilbao (y en otros anteriores) que toda la formación debe basarse en la “autogestión” del alumno y una visión planes de estudios “abierta” (“open” creo que es el palabro chic que usamos ahora), creo que no se sostiene.
Veámoslo con una caricatura: ¿dejarías que a tu hijo o a ti mismo te operase un médico que haya obtenido el título tras un proceso de aprendizaje autogestionado y abierto en el que –por preferencia personal o de cualquier índole- haya decidido obviar parte o todo el contenido experto de la asignatura de “anatomía”? ¡Pues vaya! A poder ser que haya estudiado anatomía y que la haya estudiado con el mejor profesor. ¿Quiere eso decir que me gustan las clases aburridas, unidireccionales, en donde el estudiante es un contenedor de información que es rellenado por un experto? Nada más lejos de mi pensamiento… pero sí creo que alguien con conocimiento experto debe servirle de guía, facilitador, experto que le facilite el acceso a ese conocimiento que no está de forma natural en el ambiente y que, por lo mismo exige un proceso especial, concreto y reglado de educación: el proceso de enseñanza-aprendizaje. ¿Qué ese proceso ha cambiado? Es indudable, ¿Qué debe cambiar más y que no hemos hecho ni la mitad de la transición? Sin duda, pero la enseñanza sigue siendo un proceso pertinente y que se enfrenta a retos ineludibles en la actual y en la previsible situación del mundo.
De la misma forma me preocupa la prevalencia de ciertos discursos que considerábamos superados -yo al menos lo creía- y que aparecen de bocas insospechadas… y me preocupa porque quien les escucha puede tener una perspectiva crítica del discurso, o puede ser la primera vez que se asoma a este mundo y creer que eso es conocimiento experto, cuando lo cierto es que es ignorar 30 años –cuando no más- de investigación y acción educativa.
Me refiero a planteamientos que vuelven a hablar de elearning como aprendizaje a distancia con una máquina en medio, que hablan del elearning como una forma de abaratar costes; que demonizan los profes que hacen elearning porque asumen que es menos trabajo, que entienden que no hay calidad porque nadie les garantiza quién está al otro lado; que ven en un ordenador abierto en la sala a un enemigo (probablemente porque son conscientes de que su discurso no puede competir con el twitter en ebullición ;-)); que hablan –literalmente- de policías en los cursos para tomar list;, que siguen comparando (o deseando comparar) formas de búsqueda, evaluación y control, o comunicación de épocas, momentos y situaciones completamente diferentes con unos ojos de antes de la Web. Que siguen preocupados por “copiar y pegar” con el ordenador, pero que hacerlo a mano no les ruboriza lo más mínimo.
Me empiezan a molestar de algunas bocas discursos sobre las bondades de estudiar en papel, frente a los perjuicios de estudiar en red… o la absoluta bondad de una empresa, frente a la maldad absoluta de otra…
Echo de menos –en un congreso de estas características- la lectura obligada de los clásicos… echo de menos que no hablemos de Tecnología Educativa de oídas, que gente que nos dedicamos a investigar en esto nos llenemos de razones obviando todo este tiempo de evolución tecnológica, social, de pensamiento y, lo peor, pedagógica. Y digo un congreso “de estas características” porque la gran mayoría de los que estábamos en EDUTEC hacemos investigación desde la Universidad con centros Educativos… es decir, que no hablamos sólo de experiencias educativas, hablamos de investigación… investigación que debe servir como base para continuar… y si lo hacemos ignorando todo lo anterior ¿entonces qué? Reinventamos la rueda cada vez.
Sólo una muestra para empezar (que si me pongo no termino), por favor, que alguien obligue a leer los trabajos de Clark a todo el que diga que “investiga” sobre Tecnología Educativa.
Me sobran los planteamientos de herramientas y cacharros per sé, a menos que me cuenten algo que no sepa. Ya sé, a lo mejor sufro el síndrome del twitter-adict y veo los videos siempre en la red antes de las ponencias, pero prefiero planteamientos pedagógicos profundos, experiencias interesantes e intelectualmente provocadoras, a presentaciones de artilugios técnicos… y menos si me cuentan –de oídas- cosas que tienen 3 o más años de antigüedad.
Eché de menos más experiencias de escuelas… escuché algunas –y muy interesantes debo decirlo- de cosas hechas desde la escuela con apoyo de la universidad o viceversa. EDUTEC no es un encuentro de escuelas… pero deberíamos pensar en crear un espacio para que las escuelas de hoy lleguen a lo que se hace en la universidad y los que estamos en la universidad veamos lo que se hace HOY en las escuelas. Tampoco deberíamos seguirnos obviando… en ningún sentido. Es verdad que algunos de nosotros empezaron en las escuelas… pero ¿cuántos de los que estábamos en EDUTEC sabemos lo que hacen los colegas de las escuelas?, y una pregunta a mis compis profesores de colegios e institutos: ¿cuántos de vosotros sabéis lo que investigamos en la universidad?… pregunta para ambos ¿de verdad creéis que es tan irrelevante?… yo tengo la fortuna de ver un poco de ambos mundos por diversos espejos y tengo poderosas razones para creer que nos perdemos cosas. Ambos.
Propondría también, alguna sesión también de análisis de la situación actual política-social-educativa actual en los países y en la que podamos saber qué nos preocupa de la misma.
Probablemente me permito hacer esta crítica en estos términos precisamente porque EDUTEC es como mi casa y porque de mi casa puedo criticar con más cariño…
Niña, qué bien lo has explicado. Y sí, nos perdemos mucho todo el mundo, en absoluto es irrelevante que estemos desconectados, cada quien en su burbuja y en posesión de la verdad, como edutalibanes me da igual si somos TIC o analógicos o, lo que es mejor, ambas cosas a la vez ;P
Mola el eduglam cuando hablas de lo chic del open, jajaja.
Sigue así, que vas muy bien, doctora ;P