Cuando leí este post en el blog de mi amigo @Juanfratic http://juanfratic.blogspot.com.es/2013/02/el-ocaso-socioafectivo-de-twitter-o-una.html con un título tan sugerente como “¿El ocaso socioafectivo de Twitter o una etapa personal de desencanto?“ pensé que me gustaría escribir una respuesta… o al menos una reflexión pequeñita sobre ese mismo tema… unas cuantas semanas más tarde aquí la dejo:
Partamos de los básicos: Yo sigo siendo una twittadicta, hoy, 5 años después de mi primer Twitt y aún cuando mi aportación actual a la conversación es básicamente nula y seguramente evitable.
Cuando empecé (allá por junio de 2007) el TL de Twitter era bastante pausado (léase: aburrido), y cuando me enganché definitivamente (a principios de 2008) se convirtió en la fuente más interesante de información en red no personal con la que cuento. Y así continua siendo aunque en medio hayamos vivido una época de hipergesticulación en la conversación.
El TL ha ido cambiando, muchos tuiteros han ido y venido, algunos hacían tuiteos más personales al principio, después fueron a un modo más académico y ahora han vuelto, o al revés… algunos sólo tuiteaban música, hasta que descubrieron algún complemento que nos ha permitido leer más de lo que les interesa, otros siguen conversando y sólo les interesa eso, conversar. Pero no creo que se pierda nada… la gente sigue siendo tan interesante como antes y, tal y como en las relaciones personales “cara a cara”, a veces hablan más y a veces menos… Y, como también pasa en las relaciones cara a cara, cuando pasamos el primer periodo de arrebatadora presencia en un entorno, volvemos a nuestro «estado ahbitual» y las cosas fluyen de forma menos «desaforada».
Seguramente por eso mi adicción al TL de los pajaritos se mantiene a pesar de que el TL en sí mismo ha dio transformándose con el paso del tiempo… Para mí lo más interesante de Twitter sigue siendo la posibilidad de tener un “ojo puesto” en aquello que emociona a otros al punto de hacerles contarlo en la red y no poder aguantar la emoción de lo nuevo conocido (si no habéis leído la descripción de mi adicción aquí la tenéis http://lindacastaneda.com/mushware////index.php/twitter-adiction) y eso sigue pasando.
¿Y dónde queda el valor de la interacción, el placer de la conversación y el calor de la relación personal? ¿acaso no lo valoro?… confieso que sí lo valoro, me encanta la red de relaciones personales y profesionales y la compañía que me hace el TL , pero no creo que se haya perdido. Lo que pasa es que la época eufórica que vivimos hace un par de años, en la que todo se movía aquí y que dió lugar a proyectos tan interesantes y deliciosos como «El Bazar de los Locos» se ha pasado… digamos que ya nos hemos visto -algunos nos hemos exhibido incluso- y ahora nos acompañamos.
Mi TL ha vuelto -más o menos- a ser lo que era en 2008 pero nutrido además con una cantidad de gente interesante que entonces no podía soñar que me dejasen mirar por la cerradura de sus intereses… y creo que evolucione como evolucione no será una pena, será siempre eso, una forma más en la que un red de relaciones se mueve y crece y se hace mayor.
Sólo era eso… una reflexión.