Los que pasáis por aquí de vez en cuando, o me oís alguna vez en el Twitter, sabréis que uno de los campos de trabajo y acción en el que estamos moviéndonos desde mi grupo de investigación ( GITE: Grupo de Investigación de Tecnología Educativa de la Universidad de Murcia, dirigido por Mª Paz Prendes) es el que se preocupa de los menores y su uso de las redes.
En concreto Paco Martínez (fundador y jefe científico del GITE) lidera actualmente un proyecto en el que estamos interesados en ver un poco más de cerca cuáles son los hábitos de comunicación de los menores en la red y además en analizar cómo sus redes sociales presenciales y en red se relacionan (si es que lo hacen) y enriquecen con el uso de los nuevos medios.
Además de ese proyecto de investigación, hace un año y medio, algunos miembros del mismo GITE estamos llevando a cabo una acción de trabajo con alumnos y padres para el uso responsable de las redes sociales, de la que os hemos hablado en otros momentos y cuya experiencia estuvo contando en el pasado congreso de EDUCARED, mi compañera Isabel Gutierrez. Este año además, nos han pedido en otro Instituto de Murcia que continuemos con dicha acción y lo hacemos encantadas.
A cuento de todo ello estamos –o al menos intentamos estar- un poco más al día de lo que se dice de las redes sociales y de las preocupaciones que aparecen sobre el tema en todos los círculos, noticias y medios de comunicación a los que tenemos acceso; aparte como no de oír atentamente las preocupaciones y expectativas de los padres, profesores y alumnos con los que nos encontramos.
Últimamente ha habido un asunto que me han llamado especialmente la atención y que quisiera comentar: la preocupación por la edad de los menores para entrar a la red.
El primer tema es recurrente, que si a los 13, que no, que la legislación dice a los 14, que Tuenti dice que los cumple pero la legislación no se cumple en realidad, que Facebook va a poner mecanismos para garantizar la edad mínima de los que acceden a ella… que si en Facebook no puedo pero chatroulette (esa es otra que habría que comentar :-)) puedo tenga la edad que tenga porque no me pide nada, que si permiso de los padres…
Yo, personal y profesionalmente, entiendo a las redes sociales generalistas (tuenti, facebook, Hi5, etc.), como los nuevos entornos “para estar” de los jóvenes (y de los no tan jóvenes)… de hecho, siempre hago la comparación analógica con la plaza del pueblo. Es un sitio donde hacemos de todo: nos reímos, cotilleamos, aprendemos, charlamos, ligamos, jugamos, estamos, nos peleamos… y es un sitio público. Es más, si de diversión se trata podríamos incluso compararlo con una discoteca… Una de las preguntas consiguientes es ¿cuál es la edad apropiada para salir a la plaza del pueblo sola/o? ¿y para ir a una discoteca?
Creo que si hago la pregunta de la plaza del pueblo, la mayoría de los padres me dirían que depende de la madurez y responsabilidad que tengan los hijos… y esa ¿aparece cuando tengo 13 o cuando tengo 14? ¿O aparece del todo a los 18?. Al hilo de un comentario de este estilo un compañero en el Twitter decía con mucha razón, que hay mayores de 20 que están mucho más inmaduros que otros de 13 para Tuenti (y no hablamos de habilidades técnicas, evidentemente).
Alguien más aportó a las reflexiones de aquel día en Twitter, la posibilidad de que las redes sociales vinieran “cerradas” por defecto. La cosa es que, a mi gusto, eso les quita la gracia… son redes sociales, por definición están hechas para conectar personas, no para desconectarlas… están hechas para compartir, no para esconder.
¿y si nos centramos en educar para vivir en las redes y no para protegernos de ellas?
Puede que me falte perspectiva (seguro que sí y mucha), pero teniendo en cuenta lo que nos dicen los datos respecto de que bajísima incidencia de acoso y grooming (mayores haciéndose pasar por adolescentes) en las redes sociales y el hecho de que los mayores “problemas” vienen dados por el comportamiento de los iguales en la red (cyberbulling, publicación de contenido inapropiado de contenido sexual o violento); unos iguales que habitualmente hacen parte de la red presencial de los menores… ¿hasta qué punto no tiene más que ver con aprender a comportarse y a respetar (con o sin redes) que a cerrar el perfil en la red?.
Es verdad que hay mucho desconocimiento de las redes sociales en internet por parte de los menores, casi tanto como por parte de los mayores, no en vano es algo nuevo para todos. Nuestros jóvenes no dicen estar en una red social, ellos “están en el Tuenti” sin más y obvian todas las características propias de una red social en la web, como por ejemplo que, por naturaleza intentan conectar a las personas (en teoría cualquiera podría llegar a nuestro perfil con 6 saltos) y que, por naturaleza también, son públicas y si queremos que algo no se vea, lo mejor es NO publicar.
Como ya insistí una vez, nos ha tocado el momento histórico de vivir la transición, de un mundo analógico a una vida digital en la que nuestra identidad es algo más que lo que dicen nuestros carnets y nuestras credenciales, es también lo que decimos de nosotros –en múltiples formatos- en la red… el reto creo reside en aprender a vivir así, en educar para ello, no en reconvertir lo que nos llega a lo que conocemos coartando de alguna manera las posibilidades que las nuevas herramientas nos plantean.
Es complejo… y definitivamente, es complicado.
Seguiremos viendo y pensando.